sábado, 21 de septiembre de 2013

Menos humos...

El “Día sin Coches” es una convocatoria de ámbito internacional, apoyada desde el año 2000 por la Comisión Europea, que se celebra el 22 de septiembre con la intención de trasladar a la ciudadanía la idea de que existen otras maneras de desplazarse más baratas, ecológicas y sanas que el automóvil privado. El objetivo de este día es concienciar a los conductores sobre la necesidad de desarrollar pautas de conducta que no restrinjan sus desplazamientos, pero que sean compatibles con la protección del medio ambiente. Además, claro está, de intentar que sus habitantes redescubran las ciudades y su patrimonio cultural, en un entorno más agradable.

La celebración de los días sin coche no es nueva. En la primera crisis energética de 1974, diversos gobiernos nacionales, regionales y locales europeos, preocupados por el suministro de petróleo, prohibieron la circulación del tráfico motorizado, aunque sólo los domingos. La experiencia duró tan poco como la crisis petrolífera.

En los años ochenta ecologistas y defensores del uso de la bicicleta volvieron a proponer las jornadas sin coches y, desde entonces, cada año por estas fechas, las ciudades europeas que participan en esta acción reivindicativa, reservan una zona para bicicletas, peatones, vehículos ecológicos que utilizan gas licuado del petróleo, gas natural o electricidad y, en particular, para el transporte público.

La preocupación por el tema originó la aprobación, por parte de la Unión Europea, de la Directiva Marco 96/62 sobre la calidad del aire. El objetivo de esta ley es garantizar la salud pública de los ciudadanos y luchar contra los perjuicios del transporte privado en las ciudades:

MORTANDAD: Cada año, los accidentes de tráfico en España ocasionan cerca de 6000 muertos y 140.000 heridos. Sólo en Madrid, 50 peatones mueren atropellados.

CONTAMINACIÓN: El tráfico es el principal causante de la contaminación del aire en las ciudades. La O.M.S. calcula que en los países desarrollados mueren más personas de forma prematura a causa de la contaminación que por los accidentes de tráfico. La mitad de los viajes motorizados implican desplazamientos de menos de tres kilómetros. En estas condiciones, el consumo de energía de los coches y las emisiones de anhídrido carbónico, aumentan un 60%. Más del 50% de las emisiones de agentes contaminantes, como el óxido de nitrógeno o el monóxido de carbono, provienen de los vehículos de transporte por carretera. El 70% de los europeos manifiesta estar más molesto por la calidad del aire ahora que en 1994. La contaminación atmosférica es la principal preocupación ambiental, y los problemas causados por el tráfico son la principal causa de descontento en lo que se refiere al entorno urbano, según el Eurobarómetro de la Unión Europea.

RUIDO: Alrededor del 25% de los europeos sostienen que les molesta el ruido del tráfico. En la mayoría de las ciudades hay zonas en las que se superan habitualmente los 65 decibelios.

GASTO ENERGÉTICO: El índice de crecimiento anual del consumo de energía en el sector del transporte es del 4%, lo que significa que este consumo se duplica cada 20 años.

Los Planes de Movilidad Sostenible son la herramienta básica para conseguir ciudades con una mejor calidad del aire, con menos contaminación acústica y siniestralidad, con más espacio y calidad de vida para la gente. Con motivo de esta iniciativa, las autoridades municipales ponen a prueba otros medios que propicien la movilidad urbana diferente. Un buen ejemplo son los sistemas de reparto que utilizan vehículos limpios, nuevas líneas de transporte público, coches compartidos o zonas de aparcamiento para bicicletas, vigiladas. También se pretende lograr que las ciudades sean menos dependientes de los combustibles fósiles para cubrir los desplazamientos de sus ciudadanos y que realicen un uso más eficiente de la energía, permitiendo con ello el ahorro de miles de millones de euros cada año.

La celebración de charlas, debates y otras actividades relacionadas con el medio ambiente, el consumo de energía, el transporte urbano y el futuro de las ciudades contribuyen positivamente a sensibilizar a las autoridades competentes sobre la urgencia de tomar medidas. También ayuda a convencer a los usuarios de que deben acostumbrarse a dejar el coche en casa más a menudo.

Carlos Martínez.

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