jueves, 13 de octubre de 2011

El paseo por el Parque Quinta de los Molinos


El día 24 de Septiembre de 2011 al mediodía parte del grupo Roots and Shoots Madrid nos reunimos en la entrada de la calle Alcalá del Parque Quinta de los Molinos (metro Suanzes) con un grupo numeroso de alumnos del Centro Ocupacional Juan de Austria y sus responsables. Comenzamos presentándonos y conociendo sus nombres. El Parque Quinta de los Molinos se encuentra en el Barrio de Salvador en el Distrito de San Blas y es considerado un jardín histórico artístico así como un bien de interés cultural. ¡Por estas razones decidimos ir a este parque! El parque debe su nombre a dos molinos de viento traídos desde Estados Unidos en 1920, que servían para extraer agua de regadío para el parque. El agua empleada para regar la finca procedía al principio de pozos y manantiales descubiertos durante el proceso de formación de la Quinta, lo que dio lugar a la construcción de albercas y balsas para almacenar y distribuir y de fuentes que alimentaban las albercas y al mismo tiempo decoraban. De este modo, se fue creando un complejo sistema de circulación de agua en la parte norte de la Quinta. Cuando fueron adquiridas las parcelas situadas al sur del Arroyo de los Trancos, en los años 20, se elevó un puente sobre el arroyo y sendas tapias a ambos lados del camino, ya que constituía una servidumbre de paso. Estas tapias diferenciaban el ambiente frondoso y sombrío de la cabecera del arroyo y el resto de la Quinta, llena de almendros. El agua hoy en día sólo se conserva en un lago.


Fuimos paseando por un camino pavimentado que corresponde con la calle Juan Ignacio de Luca de Tena bordeado por grandes plátanos, que como bien sabéis son árboles que aunque se llaman de esta manera no dan ningún plátano. Los alumnos estaban casi todos ennoviados y andaban dados de la mano con su pareja y pocas veces cortaban ese lazo. Lo que más me gustó del grupo es que no cesaban de ayudarse los unos a los otros. Cuando llevábamos un rato disfrutando de este paseo haciendo toma de contacto con nuestros nuevos amigos y la naturaleza decidimos hacer una parada, sentándonos en unos bancos, donde se podían observar detrás de los plátanos unos olivos, con esos troncos retorcidos, gruesos y cortos y unos almendros. Aprovechamos estas vistas para que descubrieran las diferencias entre las hojas de estos árboles (hojas largas, estrechas, puntiagudas y verdes del almendro y hojas más cortas, con ápice puntiagudo y entre verde oscuro y gris las del olivo), de sus frutos, los fines de éstos (aceites). Les mostramos las hojas y cortezas de diferentes árboles, aceitunas verdes, cáscaras de almendras. También comentamos con ellos que el olivo es el símbolo de la paz y que la imagen de la paloma con la rama de olivo proviene de la paloma que soltó Noé desde el arca y que volvió con la ramita anunciándole la desaparición de las aguas. Y haciendo conexión con esta anécdota, como una de las aves que se consiguió ver fue la paloma, les explicamos las diferencias entre una pluma remera y el plumón pequeño y suave que encontramos en el camino, y sus sendas funciones para volar y para mantener el calor. Después de este descanso continuamos con la marcha, atravesamos un pequeño túnel, en el que pudimos escuchar nuestro eco y llegamos al lago, el cual tiene una fuente y en ese momento pudimos observar una pareja de Ánade Real y les explicamos las diferencias de colores, que el macho tiene la cabeza verde azulada, pico amarillo, pecho castaño, un collar blanco, cuerpo gris y popa negra, mientras que la hembra no es tan llamativa sino simplemente parda. Ambos tienen el espejuelo azul y blanco. La fotografía era idílica y romántica y los alumnos lo detectaron enseguida y fue enternecedor ver a cada uno con su pareja haciéndose muestras de cariño. Y ahí fue cuando uno de los participantes nos dijo que echaba mucho de menos a su novia Gloria, que no pudo asistir a la actividad, pero con un abrazo se hizo todo más soportable. A continuación vimos dos estanques gemelos, que estaban vacíos y el viejo invernadero, que hoy no es más que una habitación aireada de hierro blanco. En este punto les hicimos participar a los alumnos para que nos contaran lo que le faltaba a esa estructura y para qué servía. El siguiente descanso fue frente a uno de los molinos, en los alrededores de la Casa del Reloj, donde se distribuyen parcelas escalonadas de huertas y de producción de flores y otras a jardín ornamental, rodeadas por muretes y escaleras.


Aquí, mientras saborearon un refresco, se habló de los molinos, de su función y funcionamiento y se les relató la siguiente historia del parque: Antiguamente Madrid era una pequeña villa alejada de esta gran huerta que hoy, sin embargo, ha quedado atrapada en la gran ciudad. Era una antigua extensión de cultivos en una zona donde también pasaron ratos de ocio los miembros de la familia real en el siglo XVIII. Este jardín fue propiedad del Conde de Torre Arias, quien mandó construir a principios del siglo XX un palacete de color terrizo en el extremo norte del parque, el cual se propuso para una futura oficina olímpica. En 1920 el conde regaló el jardín al arquitecto alicantino César Cort Botí, profesor de urbanismo en la escuela de Arquitectura, así como concejal del Ayuntamiento de Madrid. El núcleo originario de la finca fue el entorno del palacete y la zona situada al norte del camino de trancas. El resto de la finca es el resultado de varias adquisiciones que realizó César Cort, el cual quiso recrear un jardín de aspecto parecido a su lugar de origen, es decir, una finca agrícola del litoral mediterráneo. Llegado a este punto se les preguntó si creían que César Cort había conseguido su sueño, que qué era característico del litoral mediterráneo. Las respuestas eran: los almendros, pinos, olivos y los dos molinos. Continuando la historia: en 1978 murió César Cort y el parque quedó semiabandonado hasta que en 1982 los herederos llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid en el cual las tres cuartas partes del terreno pasaron a ser patrimonio del ayuntamiento a cambio de los permisos para edificar en la parte norte de la finca. Les descubrimos la Casa del Reloj, donde veraneaban los propietarios de la finca y que acabó siendo vivienda habitual de César Cort.


Después se impartieron clases de jardinería por el área de Medio Ambiente. Nos levantamos y andamos hacia la rosaleda, que era el fin del recorrido de ida del parque. En el camino les enseñamos el depósito de presión, que es donde el molino llevaba antes el agua para dar servicio a las casas de la finca. Nos sentamos en las escaleras entre dicho depósito de presión y la rosaleda y les mostramos vídeos y el material que el Profesor Shoots nos trae desde los lugares más recónditos del planeta, el huevo de avestruz, el pelo del bisonte, las plumas de loros, del pavo real, el cráneo de un jabalí, el esqueleto de la tortuga…, todo acompañado con imágenes en el ordenador e interactuando con ellos en todo lo posible. Después de toda esta información tuvimos la suerte de que un participante nos cantara increíblemente bien, a algunos se nos pusieron los pelos de punta. Y luego Pedrito le intentó imitar y fue muy gracioso. A continuación nos dirigimos a la pista de tenis. Yo personalmente nunca hubiera dicho que eso era una pista de tenis, pero una alumna lo supo, respondió rapidísimo y nos quedamos todos perplejos. Durante toda la vuelta a la entrada del parque, Pedrito con su mochila fue en cabeza con una ventaja absoluta. Se habló de los mamíferos en general, de la ardilla común, en cuanto a las aves se habló del gorrión y los loros. Además se observaron pinos, eucaliptos, encinas, árboles frutales, abedules, mimosas, cipreses, enredaderas. Javivi y su novia eran más calladitos, junto con Arancha y su compañera. La que más nos amenizó fue una chica que normalmente no andaba, pero que ese día hizo el camino a nuestro ritmo y sin rechistar, no paraba de hablar de lo que se querían ella y su novio, el jardinero. La próxima visita esperemos que sea en febrero para poder disfrutar de este “Valle del Jerte madrileño” que denominan algunos, cuando los almendros florecen y con nuestros increíbles amigos y muchos más.

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