El aceite de palma es un aceite de origen vegetal obtenido del fruto de la palma "Elaeis Guineensis" y está considerado como el segundo más producido en el mundo (38 millones de toneladas al año), sólo superado por el aceite de soja. Además, genera un volumen de negocio de unos 15.700 millones de euros, también anuales. Sin embargo, todo ésto conlleva unos importantes efectos secundarios a nivel ecológico.
El auge de la demanda de aceite de palma -usado en el ámbito alimentario (margarinas, cereales de desayuno, chocolates...), cosméticos y en la elaboración de biocombustibles- podría destruir en los próximos años la selva y la fauna de las islas indonesias de Sumatra y Borneo, ya que sólo en ellas se aglutina el 85% de la producción mundial y de la que tan sólo el 4% cuenta con el certificado que acredita que ha sido elaborado sin implicar la destrucción de espacios naturales, según la Mesa para el Aceite de Palma Sostenible (R.S.P.O.). De hecho, cada hora se pierde en el país una superficie equivalente a 300 campos de fútbol.
La deforestación de la selva mediante su tala o quema (para añadir más tierras a las grandes extensiones de monocultivo de palma de aceite), el envenenamiento de suelos, agua y aire (por medio de venenos agrícolas), así como conflictos de tierras y el empobrecimiento de las poblaciones afectadas son algunas de las consecuencias que están haciendo estragos en los ecosistemas. Sirvan como ejemplo los orangutanes. De los 50.000 ó 60.000 orangutanes salvajes que quedan en el mundo, el 90% de ellos están en Indonesia y bajo la presión de la demanda de “combustibles limpios” y de la industria maderera, los bosques que los sustentan se van perdiendo y la población de orangutanes está en peligro de extinción.
Birute Mary Galdikas, en colaboración con la Orangutan Foundation Internacional, trabaja con los orangutanes del Parque Nacional de Tanjung Puting, en Borneo. Según explica Birute, las plantaciones de palma de aceite llegan ya hasta los límites del parque y las talas ilegales en el interior provocan que los orangutanes estén amenazados incluso en las áreas protegidas. El efecto es que, al perderse los bosques que les alimentan, los orangutanes recurren a adentrarse en las plantaciones a comerse los brotes de palmas jóvenes recién plantadas. Así mueren muchos a manos de los trabajadores...
Por otra parte, el procesamiento del aceite de palma produce grandes cantidades de resíduos tanto sólidos (hojas, racimos vacíos, fibras, cáscaras y residuos de la extracción), como líquidos (en los esterilizadores y en el clarificador del aceite) y gaseosos (los residuos sólidos que se queman como combustible, para producir vapor, y el escape del aire utilizado para separar las cáscaras de las pepas, causan contaminación atmosférica).
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