El 4 de
octubre se celebra día Internacional de los Animales, y ya que en otras
ocasiones hemos hablado acerca de la protección de animales salvajes, hoy nos
gustaría centrarnos en los animales domésticos.
En estos
últimos días debido a la polémica acontecida en referencia al Toro de la Vega,
se ha puesto en tela de juicio la legislación que existe en España sobre el
maltrato animal. En un país donde conviven 17 legislaciones diferentes sobre el
maltrato animal, este tipo de “espectáculos” siguen celebrándose año tras año
defendidos tras absurdas y retrogradas excusas tales como “es una tradición” o
“el animal no sufre” sin tener en cuenta lo que significa a nivel educativo el
mero hecho de permitirlo para las siguientes generaciones. Es cierto que hubo
una pequeña mejora de la legislación sobre el maltrato animal en los últimos
meses pero queda mucho por recorrer y por concienciar. Actualmente, el maltrato
a un animal doméstico "causándole la muerte o lesiones que menoscaben
gravemente su salud" está castigado con una pena de tres meses a un año de
prisión. Si no hay antecedentes penales, en la mayoría de los casos nadie acaba
en la cárcel debido a que las penas no son superiores a dos años. Por otro
lado, llama la atención que Cataluña sea la única Comunidad que prohíbe el
sacrificio de animales abandonados si no son adoptados o recogidos en un
determinado plazo. ¿Cómo podemos estar hablando de maltrato animal y por otro
lado sacrificar a los animales que nos sobran? ¿Qué tipo de educación acerca
del respeto animal estamos transmitiendo con estas prácticas? Y lo más importante,
¿qué se puede hacer? Pues hay tres claves fundamentales para evitar tener que
llegar al sacrificio:
1. Campañas de
esterilización de gat@s y perr@s: Existen muchas falacias populares acerca de
la esterilización como que “pierden instinto”, algunos dicen “pobre animalito”
cuando lo cierto es que además de ser el mejor método de control de las
poblaciones evita que los animales sufran con los celos, que se escapen y que
tengan enfermedades como tumores. Sin pararnos a hacer números estoy casi
segura que sale más barato a la larga
esterilizar a los animales callejeros que sacrificarlos por lo que este tipo de
campañas deberían promoverse desde los Ayuntamientos y no desde iniciativas
privadas como centros de rescate y acogida como está ocurriendo en realidad ya
que su capacidad de impacto social es menor .
2. Campañas de
adopción de animales vs compra: También los propios ayuntamientos deberían
concienciar en la adopción de todos esos animales que se encuentran en centros
de rescate. Tener un animal no es ninguna tontería, da muchas satisfacciones
pero supone algunos sacrificios que muchos no tienen en cuenta a la hora de
adquirir una animal en una tienda como si de un objeto se tratase para después
abandonarlo cuando crece y deja de ser un cachorrito o cuando no les viene bien
tenerlo porque se van de vacaciones. No se trata sólo de hacer una compra
responsable, si no ser conscientes de todo lo que existe detrás de la venta de
una animal como por ejemplo granjas de perros o gatos que viven hacinados en
pequeñas jaulas y que lo único que harán en su vida será criar, muchos en
condiciones sanitarias lamentables o incluso trafico ilegal de animales que son
transportados a España de cualquier manera sin importar como llegarán.
3.
Educación: Este es el punto fundamental
para que todo lo demás funcione, educar en los valores y el respeto a los
animales. Los animales nos han acompañado y servido desde los inicios de la
humanidad y sin ellos, quizás, no estaríamos hoy día aquí. Han tenido grandes
papeles en la historia humana ya sea en el cuidado del ganado como es el caso
de los perros pastores o en el control de las poblaciones
de ratones que transmiten muchas enfermedades como es el caso de los gatos
domésticos. Actualmente, desarrollan labores de rescate, investigación en casos
policiales, detección de enfermedades e incluso terapia asistida en diferentes
colectivos de personas que lo necesitan. Por ello, y por todo lo que nos
aportan a diario aunque sea sólo alegrándonos el día a los que los tenemos,
debemos respetarlos.
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