lunes, 4 de marzo de 2013

5 de Marzo: Día Internacional de la Eficiencia Energética.


5 de Marzo: Día Internacional de la Eficiencia Energética.

Nadie puede poner en duda que la energía es imprescindible, pero quizá seamos poco conscientes del valor que adquieren los recursos que, una vez convertidos en combustible, calor o electricidad, facilitan nuestra vida cotidiana haciéndola más confortable además de ser la clave del progreso de nuestras industrias y del transporte, haciendo de la Sociedad del Bienestar una realidad y no una utopía. El valor incalculable de la energía puede entenderse en conceptos económicos, pero además tiene un claro coste social dado que se trata de un bien natural escaso, agotable y que debemos compartir.

La generación, transporte y uso de la energía es una de las actividades del hombre con mayor repercusión negativa en el Medio Ambiente.
Un uso poco responsable e indiscriminado de la energía está relacionado directamente con impactos negativos sobre el medioambiente de un planeta que debemos conservar.
Ante dicha problemática, surgen dos objetivos que tenemos que considerar como una prioridad estratégica: Por un lado, el ahorro energético y una eficiente utilización de los recursos energéticos y por otro lado la utilización de las energías renovables presentes de forma natural en el planeta..

En este marco, consideramos la Eficiencia Energética, siguiendo la definición proporcionada desde el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), como la obtención de los mismos bienes y servicios energéticos optimizando los recursos empleados, con la misma o mayor calidad de vida, con una reducción de la contaminación y a un precio económico inferior al actual, alargado la vida de dichos recursos y en pos de una paliación de los conflictos sociales. Esta práctica pues, se relaciona directa y muy significativamente con un aumento del capital financiero (Producto Interior Bruto), y de la seguridad nacional, ambiental y personal y se plantea, por ende, como una de las políticas básicas de freno para el cambio climático y la consecución de sociedades sostenibles, junto con el desarrollo de energías renovables y una política de transporte menos agresiva para el medio ambiente.

El 5 de Marzo se conmemora el Día Mundial de la Eficiencia Energética, cuyo origen se remonta a la primera Conferencia Internacional de Eficiencia Energética celebrada en Austria en 1998 donde se dieron cita más de 350 expertos y líderes de 50 países para abordar las estrategias para enfrentar la crisis energética y sus posibles soluciones.

Tan sólo un año antes de la celebración del Día Mundial de la Eficiencia energética, 36 países industrializados firmaron en 1997 el Protocolo de Kioto cuyo principal objetivo radicó en la reducción global de la emisión de gases de efecto invernadero como principal estrategia para la lucha contra el cambio climático como una de sus consecuencias más acusadas. Ratificándose dicho acuerdo en Febrero de 2005 por el conjunto de países industrializados implicados en el 55% de las emisiones mundiales, éste obliga a limitar conjuntamente la emisión de seis gases implicados en el efecto invernadero (CO2, CH4, N2O, PFC, HFC y H6F), con una reducción global acordada que debió alcanzar un 5,2% durante el periodo 2008 a 2012.
En este sentido España, como país miembro de la Unión Europea, tiene como objetivo obligatorio fijado a partir de la Directiva 2009/28/CE, que el 20% del consumo final de energía producida hasta 2020 tenga una procedencia de fuentes renovables.

Así, se empieza a configurar un modelo de Desarrollo Sostenible mediante el cual, como comentábamos anteriormente, recurrirá al empleo de energías renovables como recursos limpios y cuasi inagotables proporcionados por la naturaleza de nuestro medio que, debido a su carácter autóctono, contribuye a disminuir la dependencia de nuestro país de suministros externos (recordemos que España tiene una dependencia energética exterior del 82%, por encima del 50% que representa la media europea. En el caso del petróleo, la dependencia es casi total, según apunta un informe del IDAE).
Aminoran además el riesgo de un abastecimiento poco diversificado y favorece el desarrollo tecnológico y la creación de empleo. Los recursos naturales, por extensión, han de minimizar los impactos ambientales y a la salud más inmediata de los ciudadanos, favoreciendo el acceso a los mismos a todos los pueblos y ciudadanos en unas condiciones económicas accesibles sin comprometer ni hipotecar el desarrollo futuro.


Pero, ¿cómo se desarrollan dichas estrategias para que el plan de desarrollo sostenible y de eficiencia energética tengan una visibilidad inmediata en la vida de los ciudadanos? ¿Se trata acaso de una decisión exclusivamente política o que nos incumbe a todos y todas?

A nivel energético macroscópico, la industria representa uno de los sectores con más demanda de energía y más demanda de ahorro de la misma dado que su logro o no supone una mayor o menor competitividad en el sector. A continuación haremos un breve repaso de las principales fuentes de energía y los procedimientos de extracción, transformación y aprovechamiento de las mismas.
En el año 2009, el consumo de energía de fuentes renovables en España representó el 9,3% del total de consumos de energías del país, (1,7% en forma de energía hidráulica y 7,6% de energías renovables no hidráulicas).


Energía del agua:

Las centrales hidroeléctricas están constituidas por un conjunto de instalaciones destinadas a la transformación de la energía potencial de un curso de agua en energía eléctrica. Encontramos distintos grupos de instalaciones en función de la fuente hidráulica específica donde se sitúe: Centrales de agua fluyente, Centrales de pie de presa, Centrales en canal de riego o de abastecimiento.
Por otro lado, consideramos la energía maremotriz que aprovecha y transforma la fuerza de las mareas, la Energía de las corrientes y la Energía Maremotérmica que aprovecha la diferencia de temperaturas entre la superficie del mar y la de las aguas profundas.

Energía eólica o del viento:

Se emplean mecanismos para generar electricidad en grandes cantidades o para un suministro eléctrico de viviendas aisladas. Igualmente, es una de las estrategias consideradas para en un futuro para poder desalinizar el agua de mar.



Energía solar:

El Sol está en el origen de todas las energía renovables y fuente de vida en la Tierra. Se trata de un recuro imprescindible para el aprovechamiento de su propia energía generada (Energía Solar Térmica y Energía Solar Voltáica) y aquella que, a través de su influencia, transforma en otros agentes de la naturaleza como el agua (el Sol como agente principal del ciclo del agua gracias a la evaporación, condensación y precipitación en lluvia siendo recurso de energía hidráulica), o el viento (El Sol como fuente de Energía Eólica fruto del calentamiento de la tierra y el agua cuya presión da origen al viento).

Energía terrestre:

Encontramos en este tipo de energías los Biocarburantes (combustibles líquidos o gaseosos para el transporte producidos a partir de la Biomasa y la Geotermia. Son combustibles renovables y su fomento para su utilización es básico dado el uso mundial del transporte.
Hacemos colación para presentar sucintamente el PPrograma de Incentivos al Vehículo Eficiente, o PLAN PIVE Y PLAN PIVE2 2013, estrategias para renovar el parque automovilístico español con objeto de reducir los niveles de emisión de CO2 y el ahorro de combustible. Por el momento, el IDAE prevé que el ahorro que se asociará al Plan PIVE relacionado con el consumo de combustible podría alcanzar los 26´1 millones de litros, equivalente a unos 166.000 barriles de crudo. Además a este ahorro en el consumo de combustible habría que sumar una considerable disminución de las emisiones de CO2 a la atmósfera, que se reducirían en 54.000 toneladas al año.




¿Cómo podemos contribuir los ciudadanos a las estrategias de eficiencia energética?

Las familias españolas somos las responsables del 30% total de energía del país, repartiendo dicho porcentaje en 18% destinado al consumo en el hogar y un 12% en utilización del automóvil. Asumiendo una actitud favorable a unas sencillas pautas comportamentales diarias, podemos contribuir sustancialmente a reducir nuestro consumo de energía sin tener que renunciar por ello al confort de una Sociedad de Bienestar.

Optimizando energía en casa a través de un consumo responsable de los electrodomésticos:
Existen 7 clases de eficiencia energética en los aparatos electrodomésticos identificadas por un código de colores y letras desde el color Verde y la letra A para productos más eficientes hasta el color Rojo y la letra identificativa G para los productos menos eficientes. Próximamente se incluirán los códigos A+, A++ y A+++ para los aparatos electrónicos más eficientes.
La base del ahorro en climatización es un buen aislamiento. Los contadores individualizados de calefacción y agua caliente permiten un ahorro de hasta un 60% de la energía. Además, los sistemas de almacenamiento de agua son los más eficientes para el suministro de agua caliente en el hogar. Con un buen mantenimiento y regulación de los electrodomésticos se puede conseguir hasta un 20% de ahorro.
Igualmente la instalación o cambio de bombillas de bajo consumo para aquellas fuentes de luz que se mantengan fijas incrementa el ahorro y la eficiencia energética.

El aire acondicionado en verano no debería exceder de una temperatura de 26ºC durante un tiempo razonable. Lo más recomendable en sentido de refrigeración del hogar es la instalación de toldos en las ventanas y entradas.
Desde el año 2007, se generalizó con carácter obligatorio en Europa la certificación energética de los edificios que ponen a nuestra disposición información acerca de características de aislamiento, acristalamiento, sistema de calefacción y producción de agua caliente sanitaria. Un diseño bioclimático correcto genera hasta 70% de ahorro energético.

Podemos evitar igualmente el vertido del 90% de los residuos generados realizando una gestión conveniente de la basura, incluyendo actitudes y comportamientos orientados a la reutilización, reciclado y valorización energética.

A nivel de desplazamiento urbano, un 75% se producen en vehículos turismos con un solo ocupante, hasta el 50% de los recorridos en ciudad se realizan para acometer distancias inferiores a 3 kms. El transporte público sólo representa un 2% en ciudad del consumo de transporte total urbano.
Rentabilizar el transporte en vehículo haciendo un uso compartido del mismo mejora su eficiencia energética y reduce las emisiones de CO2 (en 2007, el transporte en vehículo fue responsable del 25,4% de las emisiones).

Existen sistemas de gestión de coche compartido ("Car Sharing") y viaje compartido ("Car Pooling") para favorecer el consumo compartido del vehículo incrementando su índice de ocupación.


Si quieres consultar las Guía Práctica de la Energía a desde un consumo Eficiente y Responsable de la I.D.A.E., conulta el link:

http://www.idae.es/index.php/mod.documentos/mem.descarga?file=/documentos_11046_Guia_Practica_Energia_3_Ed.rev_y_actualizada_A2011_01c2c901.pdf

Pequeños gestos incorporados a nuestra vida cotidiana pueden marcar una gran diferencia.

Juan H. Losantos

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