5
de Marzo: Día Internacional de la Eficiencia Energética.
Nadie
puede poner en duda que la energía es imprescindible, pero quizá
seamos poco conscientes del valor que adquieren los recursos que, una
vez convertidos en combustible, calor o electricidad, facilitan
nuestra vida cotidiana haciéndola más confortable además de ser
la clave del progreso de nuestras industrias y del transporte,
haciendo de la Sociedad del Bienestar una realidad y no una utopía.
El valor incalculable de la energía puede entenderse en conceptos
económicos, pero además tiene un claro coste social dado que se
trata de un bien natural escaso, agotable y que debemos compartir.
La
generación, transporte y uso de la energía es una de las
actividades del hombre con mayor repercusión negativa en el Medio
Ambiente.
Un
uso poco responsable e indiscriminado de la energía está
relacionado directamente con impactos negativos sobre el
medioambiente de un planeta que debemos conservar.
Ante
dicha problemática, surgen dos objetivos que tenemos que considerar
como una prioridad estratégica: Por un lado, el ahorro energético y
una eficiente utilización de los recursos energéticos y por otro
lado la utilización de las energías renovables presentes de forma
natural en el planeta..
En
este marco, consideramos la Eficiencia Energética, siguiendo la
definición proporcionada desde el Instituto para la Diversificación
y el Ahorro de la Energía (IDAE), como la obtención de los mismos
bienes y servicios energéticos optimizando los recursos empleados,
con la misma o mayor calidad de vida, con una reducción de la
contaminación y a un precio económico inferior al actual, alargado
la vida de dichos recursos y en pos de una paliación de los
conflictos sociales. Esta práctica pues, se relaciona directa y muy
significativamente con un aumento del capital financiero (Producto
Interior Bruto), y de la seguridad nacional, ambiental y personal y
se plantea, por ende, como una de las políticas básicas de freno
para el cambio climático y la consecución de sociedades
sostenibles, junto con el desarrollo de energías renovables y una política de transporte menos agresiva para el medio ambiente.
El
5 de Marzo se conmemora el Día Mundial de la Eficiencia Energética,
cuyo origen se remonta a la primera Conferencia Internacional de
Eficiencia Energética celebrada en Austria en 1998 donde se dieron
cita más de 350 expertos y líderes de 50 países para abordar las
estrategias para enfrentar la crisis energética y sus posibles
soluciones.
Tan
sólo un año antes de la celebración del Día Mundial de la
Eficiencia energética, 36 países industrializados firmaron en 1997
el Protocolo de Kioto cuyo principal objetivo radicó en la reducción
global de la emisión de gases de efecto invernadero como principal
estrategia para la lucha contra el cambio climático como una de sus
consecuencias más acusadas. Ratificándose dicho acuerdo en Febrero
de 2005 por el conjunto de países industrializados implicados en el
55% de las emisiones mundiales, éste obliga a limitar conjuntamente
la emisión de seis gases implicados en el efecto invernadero (CO2,
CH4, N2O, PFC, HFC y H6F), con una reducción global acordada que
debió alcanzar un 5,2% durante el periodo 2008 a 2012.
En este sentido España, como país miembro de la Unión Europea, tiene como objetivo obligatorio fijado a partir de la Directiva 2009/28/CE, que el 20% del consumo final de energía producida hasta 2020 tenga una procedencia de fuentes renovables.
En este sentido España, como país miembro de la Unión Europea, tiene como objetivo obligatorio fijado a partir de la Directiva 2009/28/CE, que el 20% del consumo final de energía producida hasta 2020 tenga una procedencia de fuentes renovables.
Así,
se empieza a configurar un modelo de Desarrollo Sostenible mediante
el cual, como comentábamos anteriormente, recurrirá al empleo de
energías renovables como recursos limpios y cuasi inagotables
proporcionados por la naturaleza de nuestro medio que, debido a su
carácter autóctono, contribuye a disminuir la dependencia de
nuestro país de suministros externos (recordemos que España tiene
una dependencia energética exterior del 82%, por encima del 50% que
representa la media europea. En el caso del petróleo, la dependencia
es casi total, según apunta un informe del IDAE).
Aminoran
además el riesgo de un abastecimiento poco diversificado y favorece
el desarrollo tecnológico y la creación de empleo. Los recursos
naturales, por extensión, han de minimizar los impactos ambientales
y a la salud más inmediata de los ciudadanos, favoreciendo el acceso
a los mismos a todos los pueblos y ciudadanos en unas condiciones
económicas accesibles sin comprometer ni hipotecar el desarrollo
futuro.
Pero,
¿cómo se desarrollan dichas estrategias para que el plan de
desarrollo sostenible y de eficiencia energética tengan una
visibilidad inmediata en la vida de los ciudadanos? ¿Se trata acaso
de una decisión exclusivamente política o que nos incumbe a todos y
todas?
A
nivel energético macroscópico, la industria representa uno de los
sectores con más demanda de energía y más demanda de ahorro de la
misma dado que su logro o no supone una mayor o menor competitividad
en el sector. A continuación haremos un breve repaso de las
principales fuentes de energía y los procedimientos de extracción,
transformación y aprovechamiento de las mismas.
En
el año 2009, el consumo de energía de fuentes renovables en España
representó el 9,3% del total de consumos de energías del país,
(1,7% en forma de energía hidráulica y 7,6% de energías renovables
no hidráulicas).
Energía del agua:
Las centrales hidroeléctricas están constituidas por un conjunto de instalaciones destinadas a la transformación de la energía potencial de un curso de agua en energía eléctrica. Encontramos distintos grupos de instalaciones en función de la fuente hidráulica específica donde se sitúe: Centrales de agua fluyente, Centrales de pie de presa, Centrales en canal de riego o de abastecimiento.
Por
otro lado, consideramos la energía maremotriz que aprovecha y
transforma la fuerza de las mareas, la Energía de las corrientes y
la Energía Maremotérmica que aprovecha la diferencia de
temperaturas entre la superficie del mar y la de las aguas profundas.
Energía
eólica o del viento:
Se
emplean mecanismos para generar electricidad en grandes cantidades o
para un suministro eléctrico de viviendas aisladas. Igualmente, es
una de las estrategias consideradas para en un futuro para poder
desalinizar el agua de mar.
Energía
solar:
El
Sol está en el origen de todas las energía renovables y fuente de
vida en la Tierra. Se trata de un recuro imprescindible para el
aprovechamiento de su propia energía generada (Energía Solar
Térmica y Energía Solar Voltáica) y aquella que, a través de su
influencia, transforma en otros agentes de la naturaleza como el agua
(el Sol como agente principal del ciclo del agua gracias a la
evaporación, condensación y precipitación en lluvia siendo recurso
de energía hidráulica), o el viento (El Sol como fuente de Energía
Eólica fruto del calentamiento de la tierra y el agua cuya presión
da origen al viento).
Energía
terrestre:
Encontramos en este tipo de energías los Biocarburantes (combustibles líquidos o gaseosos para el transporte producidos a partir de la Biomasa y la Geotermia. Son combustibles renovables y su fomento para su utilización es básico dado el uso mundial del transporte.
Encontramos en este tipo de energías los Biocarburantes (combustibles líquidos o gaseosos para el transporte producidos a partir de la Biomasa y la Geotermia. Son combustibles renovables y su fomento para su utilización es básico dado el uso mundial del transporte.
Hacemos
colación para presentar sucintamente el PPrograma de Incentivos al
Vehículo Eficiente, o PLAN PIVE Y PLAN PIVE2 2013, estrategias para
renovar el parque automovilístico español con objeto de reducir los
niveles de emisión de CO2 y el ahorro de combustible. Por
el momento, el IDAE prevé que el ahorro que se asociará al
Plan PIVE relacionado con el consumo de combustible podría
alcanzar los 26´1 millones de litros, equivalente a unos 166.000
barriles de crudo. Además a este ahorro en el consumo de combustible
habría que sumar una considerable disminución de las emisiones de
CO2 a la atmósfera, que se reducirían en 54.000 toneladas
al año.
¿Cómo
podemos contribuir los ciudadanos a las estrategias de eficiencia
energética?
Las
familias españolas somos las responsables del 30% total de energía
del país, repartiendo dicho porcentaje en 18% destinado al consumo
en el hogar y un 12% en utilización del automóvil. Asumiendo una
actitud favorable a unas sencillas pautas comportamentales diarias,
podemos contribuir sustancialmente a reducir nuestro consumo de
energía sin tener que renunciar por ello al confort de una Sociedad
de Bienestar.
Optimizando
energía en casa a través de un consumo responsable de los
electrodomésticos:
Existen
7 clases de eficiencia energética en los aparatos electrodomésticos
identificadas por un código de colores y letras desde el color Verde
y la letra A para productos más eficientes hasta el color Rojo y la
letra identificativa G para los productos menos eficientes.
Próximamente se incluirán los códigos A+, A++ y A+++ para los
aparatos electrónicos más eficientes.
La
base del ahorro en climatización es un buen aislamiento. Los
contadores individualizados de calefacción y agua caliente permiten
un ahorro de hasta un 60% de la energía. Además, los sistemas de
almacenamiento de agua son los más eficientes para el suministro de
agua caliente en el hogar. Con un buen mantenimiento y regulación de
los electrodomésticos se puede conseguir hasta un 20% de
ahorro.
Igualmente la instalación o cambio de bombillas de bajo consumo para aquellas fuentes de luz que se mantengan fijas incrementa el ahorro y la eficiencia energética.
Igualmente la instalación o cambio de bombillas de bajo consumo para aquellas fuentes de luz que se mantengan fijas incrementa el ahorro y la eficiencia energética.
El
aire acondicionado en verano no debería exceder de una temperatura
de 26ºC durante un tiempo razonable. Lo más recomendable en sentido
de refrigeración del hogar es la instalación de toldos en las
ventanas y entradas.
Desde
el año 2007, se generalizó con carácter obligatorio en Europa la
certificación energética de los edificios que ponen a nuestra
disposición información acerca de características de aislamiento,
acristalamiento, sistema de calefacción y producción de agua
caliente sanitaria. Un diseño bioclimático correcto genera hasta 70%
de ahorro energético.
Podemos
evitar igualmente el vertido del 90% de los residuos generados
realizando una gestión conveniente de la basura, incluyendo
actitudes y comportamientos orientados a la reutilización, reciclado
y valorización energética.
A
nivel de desplazamiento urbano, un 75% se producen en vehículos
turismos con un solo ocupante, hasta el 50% de los recorridos en
ciudad se realizan para acometer distancias inferiores a 3 kms. El
transporte público sólo representa un 2% en ciudad del consumo de
transporte total urbano.
Rentabilizar
el transporte en vehículo haciendo un uso compartido del mismo
mejora su eficiencia energética y reduce las emisiones de CO2 (en
2007, el transporte en vehículo fue responsable del 25,4% de las
emisiones).
Existen
sistemas de gestión de coche compartido ("Car Sharing") y
viaje compartido ("Car Pooling") para favorecer el consumo
compartido del vehículo incrementando su índice de ocupación.
Si quieres consultar las Guía Práctica de la Energía a desde un consumo Eficiente y Responsable de la I.D.A.E., conulta el link:
http://www.idae.es/index.php/mod.documentos/mem.descarga?file=/documentos_11046_Guia_Practica_Energia_3_Ed.rev_y_actualizada_A2011_01c2c901.pdf
Pequeños gestos incorporados a nuestra vida cotidiana pueden marcar una gran diferencia.
Juan H. Losantos
No hay comentarios:
Publicar un comentario